Supervisado por:Mtra. Carmen Manzano
Cuando las cosas marchan bien, la pareja está ahí en complicidad y compañía mutua, dice Lucio Gutiérrez, presidente de la Sociedad Chilena de Psicoanálisis (ICHPA), “Sabe de ti, de tus formas, de tus palabras, de tus modos de relacionarte con otros y de defenderte del dolor psíquico; la pareja es testigo vivo de tu historia y sus transformaciones." Las parejas son un soporte vincular central, un referente de otro(a) adulto con quien se comparte la vida íntima en muchos de sus planos, incluido el sexual. Es también con quien se comparte un proyecto adulto; en el sentido más amplio del término.
La llegada de la pandemia, como señala Ignacio Ramonet, se trata de un hecho social total. “Convulsiona el conjunto de las relaciones sociales, y conmociona a la totalidad de los actores, de las instituciones y de los valores”. Durante la pandemia, se han activado todos los mecanismos y los recursos de los que naturalmente estamos dotados los humanos, para responder ante la crisis. La sociedad en general enfrenta esta situación.
Durante la pandemia, la vida habitual ha sido modificada: por un lado estamos sometidos a distanciamiento físico, lo cuál provoca falta de contacto con amigos y familiares, asimismo tenemos a los niños sin escuelas, con educación en casa y finalmente en muchos casos, los padres han perdido sus trabajos. (OPS, 2020). Las parejas están pasando demasiado tiempo juntos, no salen a las habituales actividades diarias, están confinados muchas veces en lugares reducidos, compartiendo los mismos espacios en los que trabajan, estudian y se realizan los trabajos del hogar.
Algunos pacientes de terapias, que continuaron por medios electrónicos, no han encontrado un lugar en el que puedan tener privacidad e incluso han abandonado las terapias por este motivo. El estrés provocado por la incertidumbre, los miedos existenciales, el desempleo, la repartición de las labores domésticas y el cuidado de los hijos ha superado los límites a los que estaban acostumbrados. Se han destacado las fortalezas y las debilidades de la pareja y se ha puesto a prueba la relación. Las parejas que ya estaban en crisis, se han deteriorado aún más.
La maestra Carmen Manzano, especialista en terapia de pareja, ha tenido un aumento significativo en sus consultas. Ella comenta que “se tornó complicado establecer los espacios de cada miembro de la familia. Algunas parejas tomaron la decisión de separarse en un momento no adecuado. Las decisiones tomadas en medio de la crisis no son las mejores. En tormenta no se hace mudanza”. En este punto, es necesario dar relevancia al bienestar; tener problemas de pareja afecta muchos ámbitos de la vida personal, laboral y social. Los hijos también se ven afectados. La falta de felicidad y satisfacción afecta la calidad de vida y podría incluso derivar en casos de depresión y ansiedad. Durante la pandemia, el consumo de medicamentos relacionados con estos padecimientos ha aumentado un 78%.
Sin embargo, para algunas parejas funcionales la relación ha mejorado. La pareja integrada puede ser un espacio de contención, por lo que muchas personas han sentido a sus parejas como la base del bienestar en sus vidas. Para muchos ha prevalecido lo positivo a lo negativo. Se sienten encerrados pero apoyados y cuidados y han aprendido a trabajar en equipo y a apoyarse mutuamente. La pareja puede ser una fuente importante de recursos para enfrentar esta crisis.
“Las crisis unen a las personas o las separan”, (Yachao Li y Jennifer A. Samp, 2021). El efecto total de la pandemia en las relaciones de pareja sigue siendo ambigüo, pero es claro que el factor decisivo sobre el futuro de la relación al sobrellevar la crisis es la habilidad para encontrar un balance, encontrar espacios propios, ser una fuente de apoyo mutua y encontrar dentro de la relación la fuerza dentro del trabajo en equipo.
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