Supervisado por: Mtra. Zinnia Sánchez
[Este año es] un buen momento para trabajar en lo profundo, ir a terapia, entrar en tu interior...La gente se volcará a la espiritualidad recuperando técnicas y filosofías ancestrales para autosanarse.
El 2022 empieza con un color diferente al 2021, que nos dejó esa sensación traumática de la triple conjunción en Capricornio y todo lo que esta trajo. Se trata de un año de transición porque no va a ser el más sencillo, pero sí le va a dar la entrada al 2023 que será mucho más ligero.
El primer cambio relevante pasa con los Nodos Lunares, también conocidos como los nodos del destino ya que determinan lo que estamos predestinados a aprender en esta vida. Los nodos Lunares se conforman por el Nodo Sur, que señala aquello que ya sabes, haces en automático e irás dejando atrás a lo largo de tu vida, y el Nodo Norte, el cual implica todo aquello que deberás aprender y la experiencia que te ayudará a crecer. El año pasado, los nodos estaban sobre el eje Géminis – Sagitario y para 2022 cambian al eje Tauro – Escorpio, pasando de ser signos mutables a fijos, por lo que los cambios serán más estables y no estaremos tan a la deriva. Los signos fijos hablan de concretar, consolidar y definir soluciones prácticas.
El Nodo Norte en Tauro nos pedirá habilidad para sortear las amenazas y mantenernos en el mejor lugar posible con los mejores recursos desarrollados para tener una vida segura y placentera. Nos lleva a producir lo que se requiera para sentirnos seguros a base de paciencia y constancia, pero probablemente su entrada sea abrupta y nos obligará a tomar cartas en el asunto. Por el otro lado, el Nodo Sur en Escorpio, nos invita a abandonar apegos y cosas que no son amables para nosotros; desde adicciones, relaciones y dinámicas que ya no nos funcionan. No te sorprendas si de repente desaparecen de tu vida personas que pensaste que estarían para siempre, aunque sean familia y ¿qué crees? ¡No se fueron, las echaste! Es una especie de limpieza para lograr los objetivos del Nodo Norte.
Uno de los aspectos más notables de este año es la conjunción Neptuno - Júpiter en Piscis que ocurrirá el 12 abril (aunque su efecto estará presente desde febrero y hasta mayo). A pesar de que Júpiter y Neptuno forman una conjunción cada 13 años, no coincidían en el signo de Piscis desde 1856, es decir, han pasado 166 años y tendremos la fortuna de ser testigos de este evento por única vez en nuestra vida.
Júpiter es la sabiduría y nos invita a expandir nuestros horizontes, cuestionarnos profundamente y buscar respuestas. Neptuno, por su parte, es el arquetipo de la espiritualidad, nos recuerda que debemos plasmar nuestros sueños pues con ello anticipamos la realidad y nos invita a tener fe. Este aspecto nos permite ver lo invisible y encontrar sentido. Es buen momento para trabajar en lo profundo, ir a terapia, entrar en tu interior. Sentiremos muchos cambios personales, también es un clima propicio para todo aquello que tiene que ver con mancias y dones, si querías empezar a aprender tarot, yoga, sanación o alguna técnica relacionada, es el momento.
Si tienes Neptuno en Sagitario, es decir, si naciste entre 1971 y 1984, es probable que percibas este tránsito de manera más directa logrando una consciencia universal mayor. Incluso podrías querer viajar o mudarte de lugar de residencia, probablemente al extranjero. Crece el idealismo, puedes sentirte desconectado y soñando castillos en el aire, intenta mantener el cable a tierra. Recordemos que el grande, generoso y protector Júpiter es el antiguo regente de Piscis por lo que estando en su signo se encuentra potenciado. Podremos sentir su jovialidad, optimismo, abundancia y una gran generosidad -no por nada le llaman el gran benéfico- además en este lugar no hay límites. Sin duda es el momento propicio para los estudios e inicio de proyectos.
Durante la última conjunción Júpiter - Neptuno en Piscis se creó el Blues con las primeras canciones de las que se tiene registro. El Blues es ese género que convierte el dolor y la pérdida en una creación musical de belleza. ¿Quién no vibra cuando escucha estas notas de saxofón profundas, con esas voces rasposas, oscuras y sanadoras? De eso se trata, de transmutar la energía oscura para crear algo hermoso, y qué mejor momento que en medio de la pandemia y de esta nueva variante Ómicron que nos está pegando no solo en materia de salud y cuerpo, si no anímicamente. Júpiter y Neptuno están profundamente asociados con el mundo de las artes, lo espiritual, lo filosófico y de la creación y el aprendizaje; por lo que este año tendremos un renacimiento de la música, pintura, actuación, así como del cine y el teatro que se verán muy beneficiados. Veremos el resurgimiento de formas de arte encaminadas a sanar, mucho ojo en este punto comunidad de psicólogos-artistas.
También este 2022 tiene una energía muy femenina. Esto se debe a la presencia de Urano en Tauro y Júpiter en Piscis. La energía femenina es de creación y fertilidad. Las madres paren el fruto de su vientre, por lo que veremos muchas figuras femeninas surgir como líderes espirituales mucho más urbanos que los que hasta hoy conocemos.
La gente se volcará a la espiritualidad recuperando técnicas y filosofías ancestrales para autosanarse. El budismo, la herbolaria, el yoga y otras volverán a ser la alternativa para todos aquellos que no encontraron respuestas en las filosofías “new-age” de reciente surgimiento. Va a ser un año muy espiritual y conectado con la tierra.
Esta energía jupiteriana también nos llevará a buscar nuevas fronteras a nivel global y espiritual. Las energías nos invitan a la creación, la introspección y a buscar nuevas formas de convivir con esta nueva realidad a la que nos enfrentamos. La economía y los mercados tendrán cambios importantes, así como la electricidad y las cadenas de distribución, volviendo a los comercios locales y pequeños. Sin duda esta realidad ha llegado para quedarse y debemos aprender a vivir con ella en lo que esperamos un 2023 donde las energías nos darán mayor tregua.
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